Estas imágenes, grabadas con un teléfono móvil, más que pertenecer al acto final de un proceso judicial, cuya sentencia es la pena capital, da la sensación de tratarse de un linchamiento, de una ejecución tumultuaria carente de todo proceso (ver DRAE). Sadam Husein ha sido un dictador despiadado, pero no más que quienes han buscado su muerte a costa de la vida de muchos inocentes. Me refiero tanto a los miles de soldados muertos desde que se ha iniciado ésta guerra como a los centenares de miles de civiles que han perecido por su causa. Estas imágenes demuestran, como denunciaron los abogados del dictador (algunos de los cuales fueron asesinados) que el juicio celebrado durante los últimos meses no ha sido más que una farsa para dar fondo y forma a un asesinato premeditado desde la Casa Blanca.
Si existe el infierno, no hay duda de Sadam Husein y George Bush se volverán a ver las caras, pues para ellos no habrá perdón.
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