Mostrando entradas con la etiqueta Entre códigos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Entre códigos. Mostrar todas las entradas

martes, 19 de abril de 2011

Hotel en China de 15 pisos construido en solo 48 horas

El nuevo Ark Hotel de quince plantas ha sido levantado en menos de dos días.

En algo más de 46 horas y media, ha sido alzada la estructura de las plantas, aunque para la fachada se ha necesitado casi el doble de tiempo; cerca de cuatro días para revestir el edificio al completo.

Es resistente a terremotos, usaron 6 veces menos cantidad de material, solo 1% se convirtió en residuo.
Los pisos y las paredes son sólidas, herméticas e insonorizadas, ofreciendo una eficiencia energética cinco veces superior a una construcción corriente.


jueves, 7 de abril de 2011

Escultura en la punta de un lápiz

A mi siempre me gustaron las manualidades y esto me recuerda mi infancia cuando en la escuela todos mis lapices tenían un tallado, pero sobre la madera.
Estas esculturas me han dejado impactado.
Por supuesto que tome un lápiz, una trincheta, he intente hacer una escultura.
Que difícil!!! mejor no muestro el resultado porque de un lápiz de 20 cm me quedo en 1 cm. Jajaja.

Disfruten de estas imágenes:

(clic sobre las imágenes para descargar en su tamaño original)












martes, 22 de marzo de 2011

Quieres impresionar a tus vecinos?

Quieres impresionar a tus vecinos?, pues nada mas sencillo, solo comprar un mural de estos y pegarlo en la puerta de tu garage. que sensacional.

Una empresa alemana llamada "Your Style Garage" - crea murales para puertas de garage que las hace parecer como si realmente estuviese mostrando el interior y lo que hay allí!
















Fuente: Mi amigo Nando.

domingo, 20 de marzo de 2011

Cuento Angelito (María Elena Walsh)


Había una vez un angelito que vivía en el cielo sin hacer nada, feliz entre los otros ángeles. 

Algunas veces tocaba el arpa y otras cantaba una canción que decía así:


Un angelito
canta y vuela.
No hace mandados
ni va a la escuela.
Nadie lo reta,
nadie le pega,
anda descalzo,
juega que juega.


Una vez San Pedro lo llamó:
– ¡Angelito!
– Mande – le contestó el ángel.
– Andamos con problemas allá en la Tierra – le dijo San Pedro.
– No me diga, San.
– Así es; ven, mira.
San Pedro lo llevó hasta su balcón de nube, donde se veía la Tierra como una manzana acaramelada toda cubierta de maíz tostado.
– Allá hay un chico que nos está dando mucho dolor de halo, un tal Juancito.
– No me diga, San – le contestó Angelito, distraído.
– Travieso, el muchacho – siguió San Pedro, jugando con las llaves para descargar su preocupación– . Ya van cuatro ángeles de la guarda que nos gasta. Ninguno puede con él.
– ¿Quiere que pruebe yo, don San Pedro?
– Y, ya que estás aquí sin hacer nada...
– Ya me estoy yendo...
– Espera; no seas tan atropellado. Es una misión peligrosa. Mira que ese chico nos ha devuelto a un custodio con las alas rotas, a otro con tres chichones y al Rafaelito con un ojo negro.
Angelito silba, impresionado.
– Claro que el chico no sabía que eran ángeles, pero qué le vamos a hacer, ese es nuestro secreto.
– Así es, San, no debemos decir nada – le dijo Angelito, que se moría por contarle a todo el mundo que era ángel.
– Vamos a intentar contigo – siguió San Pedro– . En primer lugar no vas a ir a la Tierra volando, como todos, sino en plato volador, que es más rápido y seguro.
Angelito se puso a saltar de entusiasmo.
– Espera, Angelito, no seas tan atropellado...
Angelito salió corriendo, trepó a la cabina y...
– 10... 9... 8... 7...
– Espera, Angelito, que no te di las instrucciones ...
– A la orden, mi comandante.
– Primero, vas a ir disfrazado.
San Pedro le plegó las alas y después lo vistió con una camiseta, un pantaloncito y unas zapatillas rotosas. También le dio una maletita con un guardapolvo y los útiles de la escuela. Ah, y una pelota de fútbol, claro.
– ¿Y qué hacemos con el halo, don San Pedro?
– Cierto, brilla mucho... Por el halo te conocerán. Vamos a esconderlo adentro de la pelota.
San Pedro la descosió, guardó el halo adentro y volvió a cerrarla.
– Bueno, me voy. 6... 5... 4...
– Espera, Angelito, no seas tan atropellado... Todavía no te di las señas del chico que tienes que custodiar.
San Pedro le tendió un papel y esta vez sí Angelito trepó a su plato volador y...
– 4... 3... 2... 1... ¡Cero !... ¡Hasta la vuelta, don San Pedro!
Juancito andaba por el campo, solo como siempre, triste y sin amigos. Había faltado a la escuela y se aburría.
Tenía ganas de jugar con alguien.
De pronto le pareció oír un zumbido, allá arriba... Quizás un avión... pero no. No vio nada por el cielo. Ni nube ni pájaro ni máquina.
Angelito aterrizó muy despacio, escondiendo su OVNI tras un árbol, cosa bastante inútil pues el artefacto era completamente invisible.
Se acercó a Juan, jugando con la pelota y silbando distraído. Juan lo miró con desconfianza.
– ¿De dónde has salido? – le preguntó.
– De por ahí nomás.
– Dame esa pelota.
– No – le dijo Angelito– ; tengo que ir a la escuela.
– No; mejor quédate aquí y juguemos – le contestó Juan.
– No; primero te acompaño a la escuela.
Y ahí nomás Juan lo atacó para robarle la pelota. El ángel no la soltaba. Juancito le pegaba y él, como era ángel, se dejaba pegar hasta que se cansó y dominó a su contrincante con un buen pase de yudo.
Juan se quedó quieto, enfurruñado y lloriqueando. Angelito le tendió la mano:
– ¿Somos amigos?
Juan no contestó.
Al día siguiente fueron a la escuela juntos; Angelito comprobó que era cierto lo que le dijeran en el cielo. Juan pasaba la mañana molestando, chillando, haciendo borrones, arrojando tiza, tirándole del pelo a las niñas, rompiendo cuadernos y dibujando monigotes con cola y cuernos que, desgraciadamente, causaban mucha gracia a sus compañeros.
Angelito le daba consejos y hasta trataba de sujetarle las manos. Inútil. Una tarde lo llevó a pasear al campo y allí trató de sermonearlo: que tenía que portarse bien, y que patatín y que patatán. Juancito se tapó los oídos y le sacó la lengua. Entonces el ángel se quedó triste y callado, y al fin dijo, por decirle algo bueno:
– Te regalo la pelota.
Juan se puso contento. Angelito no se acordaba para nada del tesoro encerrado en la pelota.
Jugaron los dos un buen rato, hasta que la pelota fue a parar a un alambrado y allí se desgarró toda contra las púas, que nunca faltan en este mundo. Juan recogió la pelota y vio sorprendido que de adentro salía luz. No se animó a romperla del todo pero la desgarró un poquito más y vio algo que brillaba...
Sacó delicadamente un círculo livianito como el aire... un aro de oro... un hilo redondo y como de miel.
– ¿Y esto?
– Nada, es mi sombrero – contestó el ángel.
– ¿A ver cómo te queda?
El ángel se puso el halo, que brillaba como una tajadita de sol.
– Entonces, ¿eres un ángel? – dijo Juan.
– Claro, tonto; soy tu ángel guardián.
– ¿Y por qué no me lo dijiste?
– Porque es un secreto. Nosotros nunca decimos nada; ni siquiera se nos Ve.
– ¡Qué lástima! – dijo Juan.
– ¿Por qué qué lástima?
– Porque si yo hubiera sabido que tenía un ángel me habría portado bien.
– Ahora ya lo sabes.
– Ajá – dijo Juan.
Y se fue caminando despacito, abrazado a los restos de su pelota, mientras el ángel volvía a su OVNI para seguir cuidando a Juan desde el cielo.
En las altas esferas lo esperaban para amonestarlo por haber revelado el secreto de su misión.
Juan oyó un zumbido, miró para arriba y no vio nada, pero se imaginó y dijo adiós con la mano. Después fue a su casa, abrió el cuaderno y cuando se puso a hacer los deberes le salieron todos con letras de oro.


Un angelito canta y vuela,
hace mandados y va a la escuela.
Nadie lo ve ni lo verá
y aunque se vaya se quedará.

                                                                                                                                     (María Elena Walsh)

miércoles, 9 de marzo de 2011

El Reino del Revés (María Elena Walsh)


Me dijeron que en el Reino del Revés
nada el pájaro y vuela el pez,
que los gatos no hacen miau y dicen “yes”,
porque estudian mucho inglés.


Vamos a ver cómo es
el Reino del Revés.


Me dijeron que en el Reino del Revés
nadie baila con los pies,
que un ladrón es vigilante y otro es juez,
y que dos y dos son tres.


Me dijeron que en el Reino del Revés
cabe un oso en una nuez,
que usan barbas y bigotes los bebés,
y que un año dura un mes.


Me dijeron que en el Reino del Revés
hay un perro pequinés
que se cae para arriba y una vez
no pudo bajar después.


Me dijeron que en el Reino del Revés
un señor llamado Andrés
tiene 1.530 chimpancés
que si miras no los ves.


Me dijeron que en el Reino del Revés
una araña y un ciempiés
van montados al palacio del Marqués
en caballos de ajedrez.


(María Elena Walsh)

Vídeo:

domingo, 2 de enero de 2011

Un poco de humor para empezar el año

* Hoy, mi perro apareció con el hámster de mi vecino en la boca. Estaba muerto. Se lo saqué y como estaba lleno de barro lo limpié bien. Después me metí en la casa de mi vecino que no estaba y se lo puse en la jaula. A la noche mi vecino viene a mi casa y me dice: "No sabés lo que me pasó. Un loco me desenterró el hámster muerto del patio, lo lavó y me lo puso de nuevo en la jaula".



* Hoy, me dije: "Dale nerd, salí y dejá la computadora, empezá a conocer gente y a divertirte un poco". Al final me dio coraje y sali de mi casa. Hace 2 horas que estoy en el ciber.



* Hoy, me enteré que el password de mi novia para el messenger es "te_amo_marcos" . No me llamo Marcos.



* Estaba un pollito afuera de una roticería.
¿Qué haces pollito?
Estoy esperando que mi mami se baje de la rueda de la fortuna.



* ¿Qué hora es cuando un reloj marca las 25 horas?
¡Hora de mandarlo a reparar!



* ¿Por qué Manolo se sienta en la última fila cuando va a ver películas cómicas?
Porque el que ríe al último, ríe mejor.



* ¿Porque los elefantes no juegan en el computador?
Porque les da miedo el ratón.



* LOS CUATRO SUEÑOS MÁS GRANDES DE LOS HOMBRES:

1. Tener las amantes que tu esposa cree que tienes.

2. Tener el dinero que tus hijos creen que tienes.

3. Ser tan bueno en la cama como tú crees que eres, y

4. Ser tan guapo como tu MAMÁ cree que eres.