Hablemos de Big Data. Hablemos de lo que es y no es. Parece que nos acabemos de dar cuenta de que los seres humanos y todas aquellas organizaciones de las que formamos parte generamos una cantidad de datos inimaginable, pero lo cierto es que llevamos toda la vida haciéndolo y parece que hoy hemos encontrado nuestro cofre del tesoro.
Es evidente, que la llave que ha abierto la puerta a la posibilidad de recopilar y analizar todo esta información que generamos en nuestro día a día, han sido las nuevas tecnologías. Gracias a ellas, nos encontramos en una situación que nunca antes habíamos estado, un estado de oportunidades que por lo que parece, ha salido a relucir con la masificación de usuarios conectados y activos en las redes sociales. Y aquí viene el primer matiz.
Big Data no son solo los datos que provienen del Social Media sino todos los datos, incluidos los de la red, que provienen de las máquinas y sensores que manejamos, absolutamente toda aquella información que nos ofrece la posibilidad de entender el porqué de las cosas y de nuestros actos. No podemos hablar de un solo tipo de datos sino de un conjunto de datos recopilados a lo largo de nuestra vida, y que hoy tenemos la posibilidad de ordenar y sacar partido.
Parece mucho, ¿verdad?
Pues resulta que el objetivo es aún más ambicioso, porque la razón de ser del Big Data y su verdadera personalidad, se trata de mejorar la vida de las personas tanto a nivel individual como colectivo.
La posibilidad de analizar el comportamiento humano, obtener resultados y anticiparse a las situaciones que se puedan dar ofreciendo algo acorde a cada uno de nosotros, abre un camino por lo menos interesante.
Por supuesto, no es tarea fácil. Intentemos imaginar por un instante a todas las personas que residen en nuestra ciudad. Cada una de ellas desde que se levanta y calienta el café en el micro, hasta que se acuesta y apaga el televisor o cierra su libro para acostarse. Metamos en un saco todos esos datos que hemos generado durante el día y saquémosle partido. Nada fácil, pero tampoco nada que no podamos resolver.
La llave a este universo de datos se centra en estructurar la información incluso antes de que la estemos generando. Primero, centremos la atención en qué tipo de datos queremos obtener y, después, en los objetivos que queremos conseguir utilizando esa gran bolsa de datos. Teniendo en cuenta que los datos hoy se han convertido en infinitos, nuestra ambición no debe estar en el todo sino en lo que verdaderamente nos ayuda a mejorar, en la estrella específica de nuestro universo de datos.
Autora: Naike Calvo. Comunicación y Marketing Digital. Especializada en Big Data. Apasionada de las posibilidades que nos brinda la red.. Puedes encontrarla en Google Plus y Twitter
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