Que optimizar los sitios es algo que debería ser una tarea constante, no cabe la menor duda. Si lo hacemos o no lo hacemos, es otra historia pero, nadie en su sano juicio diría que es mejor algo que funciona mal que algo que funciona bien.
Sin embargo, esta constante presión de Google sobre aquellos que administran sitios web se está volviendo un tema que, en algún momento explotará porque se basa en conceptos erróneos o simplemente arbitrarios que dejan de lado particularidades que son, en definitiva, eso que le da sabor a las cosas de este mundo.
A la extensión llamada Page Speed donde nos daban discutibles sugerencias para hacer que las páginas web analizadas mejoran su velocidad de carga, le han agregado lo que ellos denominan el Servicio Page Speed que asceleraría la carga de esas páginas de modo automático para lo cual uno debe "registrarse y apuntar la entrada de DNS de tu sitio a Google."
Sin embargo, esta constante presión de Google sobre aquellos que administran sitios web se está volviendo un tema que, en algún momento explotará porque se basa en conceptos erróneos o simplemente arbitrarios que dejan de lado particularidades que son, en definitiva, eso que le da sabor a las cosas de este mundo.
A la extensión llamada Page Speed donde nos daban discutibles sugerencias para hacer que las páginas web analizadas mejoran su velocidad de carga, le han agregado lo que ellos denominan el Servicio Page Speed que asceleraría la carga de esas páginas de modo automático para lo cual uno debe "registrarse y apuntar la entrada de DNS de tu sitio a Google."
El servicio Page Speed recupera contenido de los servidores pertinentes, reescribe las páginas aplicando las prácticas recomendadas para mejorar el rendimiento de páginas web, y las sirve a los usuarios finales a través de los servidores de Google en todo el mundo. Los usuarios continuarán accediendo al sitio web tal como lo hacían antes, pero con tiempos de carga menores. Ahora ya no es necesario preocuparse de concatenar CSS, comprimir imágenes, almacenar contenido en caché, comprimir recursos en gzip, ni de otras prácticas recomendadas para lograr el máximo rendimiento en web.
Obviamente, todo eso nada tiene que ver con servicios como Blogger que, seguramente, no deben haberse registrado aún porque el sistema sigue siendo muy lento y está muy poco optimizado pero, ya se sabe que en casa de herrero, cuchillo de palo; además ... no es un servicio gratuito.
De todas maneras, es posible hacer la prueba y ver el resultado; entramos a su página, colocamos la URL del sitio a verificar y esperamos (unos 5/6 minutos promedio).
Una vez terminado, los resultados son muchos, pueden ser navegados hasta el hartazgo y hasta incluyen un video comparativo.
Todo lindo pero uno que es un simple mortal se pregunta ¿en qué cambiara mi vida si cierto sitio tarda un segundo más o un segundo menos? ¿Seré más feliz? ¿Aprovecharé ese segundo para algo más útil que parpadear? ¿Valdrá la pena cederle el control de la web a una empresa monopólica a cambio de destellos de tiempo que no llegan a ser un tic-tac del reloj?
No, no se trata de hacer las cosas mal o conformarse; se trata de diferenciar lo importante de lo intrascendente y dejar de pensar como si fuéramos maquinitas que deben funcionar con exactitud milimétrica y de seguir a rajatabla las reglas que se nos pretenden imponer.
La mejor heramienta, para esto y para cualquier otra cosa es el sentido común y para usarla, no hay que registrarse y es gratuita.
De todas maneras, es posible hacer la prueba y ver el resultado; entramos a su página, colocamos la URL del sitio a verificar y esperamos (unos 5/6 minutos promedio).
Una vez terminado, los resultados son muchos, pueden ser navegados hasta el hartazgo y hasta incluyen un video comparativo.
Todo lindo pero uno que es un simple mortal se pregunta ¿en qué cambiara mi vida si cierto sitio tarda un segundo más o un segundo menos? ¿Seré más feliz? ¿Aprovecharé ese segundo para algo más útil que parpadear? ¿Valdrá la pena cederle el control de la web a una empresa monopólica a cambio de destellos de tiempo que no llegan a ser un tic-tac del reloj?
No, no se trata de hacer las cosas mal o conformarse; se trata de diferenciar lo importante de lo intrascendente y dejar de pensar como si fuéramos maquinitas que deben funcionar con exactitud milimétrica y de seguir a rajatabla las reglas que se nos pretenden imponer.
La mejor heramienta, para esto y para cualquier otra cosa es el sentido común y para usarla, no hay que registrarse y es gratuita.
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