En el mundo globalizado y conectado en el que nos encontramos, las opciones que disponemos para aprovechar la masa global de usuarios conectados a internet para conseguir nuestros objetivos, son infinitas.
Conectar personas interesadas en un mismo proyecto, recoger ideas y buscar la innovación, formar comunidades de expertos, construir reputación, predecir mercados o reducir costes en la realización de tareas, son sólo algunos ejemplos de crowdsourcing.
El crowdsourcing es una forma de alcanzar unos objetivos concretos buscando la participación de un grupo numeroso de personas o comunidad a través de una convocatoria abierta.
Existen multitud de aplicaciones y plataformas en diferentes ámbitos, que aprovechan de un modo u otro el potencial que les proporciona el crowdsourcing para conseguir sus objetivos.
Una de las que están ganando terreno en tiempos de crisis, son las plataformas de crowdfunding como Kickstarter o Lanzanos. Un excelente mecanismo para lograr la financiación de un proyecto, mediante aportaciones económicas colectivas, ya sea desde grabar un disco, escribir un libro o incluso fabricar una impresora en 3D! Obviamente, entre mayor sea el interés despertado por nuestro proyecto, mayor será el apoyo económico que recibirá. Generalmente, cuando éste consigue su objetivo, se ofrecen una serie de recompensas a los participantes, en función de la aportación. Por ejemplo, por un pequeño apoyo económico para un artista que pretenda grabar un disco, no sólo se contribuye a que el proyecto sea una realidad, sino que se podría recibir como recompensa un disco firmado por el autor.
Plataformas de préstamos entre personas como comunitae o weemba, también han alcanzado una importante popularidad. En este caso los usuarios solicitan préstamos y reciben pequeñas cantidades por diferentes personas, a un tipo de interés aceptado por ambas partes, hasta completar la cantidad total del préstamo solicitado.
Otro tipo de plataformas, muy extendidas en el mundo del diseño gráfico, son las de tipo competitiva. Algunos ejemplos de estas plataformas podrían ser DesignCrowd o 99designs, en las que cualquier persona puede participar en la realización de un proyecto que considere de su interés, por ejemplo el diseño del logo de una empresa. De todos los trabajos propuestos, aquel que resulte elegido, recibirá la recompensa económica acordada inicialmente. Precisamente es esta competitividad entre los usuarios por ganar el proyecto, la que hace que aumente la calidad de los trabajos presentados.
Algunos ejemplos muy interesantes en los que se aprovecha el potencial que proporciona el crowdsourcing para la realización de determinadas tareas, pero de forma más o menos transparente para el usuario, es el caso de Duolingo, en el que mientras aprendemos inglés ayudamos a traducir internet o de reCAPTCHA, en el que cada vez que resolvemos un captcha ayudamos a la digitalización de documentos. Con el mismo objetivo, pero utilizando técnicas de Gamificación, está el caso de La Biblioteca Nacional de Finlandia, donde al usuario, mediante un juego en el que se le presentan dos palabras diferentes y tiene que decidir lo más rápido posible si éstas coinciden, ayuda a la laboriosa tarea que supone la digitalización de documentos.
Estas son sólo algunas de las múltiples aplicaciones en torno al crowdsourcing, como veis las posibilidades son enormes, sólo es necesario agudizar el ingenio y aprovechar a las masas como otros ya lo están haciendo ahora.
Desde Sadiel, tecnológica líder en el sector TIC, entendemos el crowdsourcing como una práctica a considerar a corto plazo, fundamental para el diseño de las mejores soluciones tecnológicas y la satisfacción de los clientes.
Autor: Jose Luis Barrera Trancoso Technology Advisor de Sadiel
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