miércoles, 5 de septiembre de 2012

1 2 3 4 5 6 ...

Dicen que el éxito es el cumplimiento de una meta u objetivo y como toda definición ambigua, se dice que es lo inverso del fracaso que a su vez se define como falta de éxito. Resumiendo: un círculo vicioso que no conduce a ninguna parte.

Calidad, cantidad, éxito, fracaso, sólo son palabras vacías, palabras vanas, palabras que pueden no significar absolutamente nada a menos que se definan apropiadamente y yo, no tengo definiciones, sólo tengo dudas.

Un blog o cualquier otro emprendimiento no escapa a estas limitaciones y presiones pero, no hay que dejarse engañar por los cantos de sirena ya que no existe tal cosa como un exitómetro. No hay unidades de medida universales. Éxito es sentirse bien con uno mismo, satisfecho de lo que se hace, gozar, divertirse, aprender. Un blog con visitas es exitoso si quien lo hace se siente pleno y puede ser un fracaso total aunque tenga un millón de visitantes si quien lo hace es infeliz.

El tiempo también es otra palabra subjetiva que al final de cuentas, nada explica y termina siendo sólo una marca en el calendario.

1 2 3 4 5 6 pasaron seis años y unos cuantos días desde que empecé con este blog y de lo único que estoy seguro es que seis años son seis años.

Mucho tiempo. Mucho de todo. Muchas idas y vueltas. La distancia entre aquel día y hoy es larga o es corta, dependerá del punto de vista. En el camino se han perdido cosas, cosas que extraño pero que son imposibles de recuperar porque un blog termina siendo independiente de los deseos de quien lo hace, va buscando su forma, se va aburguesando, se va encerrando en si mismo y a veces, queda atrapado en ese corset que lo limita y le quita la frescura inicial, la frescura de la inocencia, del desconocimiento, del "no me importa nada".

Claro, desde Chaplin hasta ahora, uno debe adaptarse a los Tiempos Modernos pero no me convence mucho este nuevo mundo de titulados "bloggers", "webmasters" o expertos en redes sociales. ¿Qué serán los expertos en redes sociales? ¿Gente que te enseña a escribir en Twitter "estoy comiendo una mandarina"? En fin, a mi me siguen gustando los blogs, debe ser porque la edad nos va llenando de gustos decadentes. Pero me gustan los blogs hechos por personas. Me gusta que sean ascéticos y extravagantes; me gusta que sean simples y complejos; me gusta que algunos me gusten y otros no ¿Será posible estar en esta nueva web, ser sólo una persona común y seguir chapoteando entre las palabras que van saliendo del teclado y que eventualmente aparecen publicadas en lugar de desaparecer en el tacho de basura?

¿Será posible?

Uno comienza a dudar y a preguntarse: ¿en qué vereda quiero estar?

Hay algo seguro, la vida es un juego sinuoso, lleno de recovecos, donde los caminos se bifurcan constantemente, traspiés, incertidumbres, casualidades, azar, caos. El esfuerzo vale pero no para garantizar resultados, vale para apoyar la cabeza en la almohada y dormir con la conciencia tranquila y si acá sigo, es porque me he dado cuenta que los sabios sólo buscan la respuesta entre las cosas que saben y nosotros, los "no tan sabios", nos podemos dar el lujo de no buscar nada y encontrarnos a cada segundo, con algo nuevo y maravilloso.

Claro que, tal vez me resulta fácil decirlo simplemente porque no me considero muy normal. No miro las estadísticas salvo para apreciar los dibujitos; no estoy pendiente de los enlaces, no los vendo, no los compro, no los regalo. No exijo reciprocidad. No hago marketing ni relaciones públicas. Soy un lobo estepario que apenas comenta en algún sitio de tanto en tanto y con vergüenza. Hago lo que se me da la gana, cuando se me da la gana y cómo se me da la gana. No me siento obligado a nada. Es decir, soy un irresponsable porque no tengo responsabilidades y prefiero pasarme tres horas tratando que un maldito rectangulito quede justo ahí donde yo quiero que quede a recibir cuatrocientos millones de visitas.

Así que, bienaventurados los que hacen preguntas y sólo obtienen más preguntas que respuestas porque ellos no serán bendecidos pero se divertirán como nadie tratando de aprender, el resto ... el resto es como la fama: puro cuento.


Voy a cerrar los ojos en voz baja
voy a meterme a tientas en el sueño.
.......
Mi pesadilla es siempre el optimismo:
me duermo débil, sueño que soy fuerte,
pero el futuro aguarda. Es un abismo.

No me lo digan cuando me despierte.
Hasta Mañana - Mario Benedetti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario